–Rik, aquí ya estuvimos. Este fondeo lo conozco –dijo
Telémaco mientras iba soltando el ancla de proa.
–Sí, Telémaco. Hace precisamente un año vinimos aquí. Es uno
de los fondeos más bonitos del Jónico. No quisimos perdérnoslo, ¿recuerdas?
Vinimos desde Kassiopí –le respondió Rik.
–Pero hoy hemos llegado aquí desde Siracusa. Aunque las
últimas millas han sido placenteras, las primeras fueron algo incómodas,
ciñendo, viento de morro, mucha escora. Estoy todo lleno de salitre –le matizó Telémaco.
–Telémaco, este fondeo de Paleokastritsa es un pozo de
energías para esta nueva fase de nuestras vidas. Es una forma ceremoniosa de
saludar a Grecia y empezar a introducirnos en sus entrañas, a aprender a
aceptar su acogida.
–¿Qué harás con el cuaderno de bitácora que abriste?
–preguntó Telémaco.
–Romperlo. Quemarlo. De hecho ya lo quemé el día del libro,
¿no lo recuerdas? Fue un cuaderno
inútil, una siembra en baldío. Me precipité. Eso es todo.
–Rik, el cuaderno bueno lo llevamos dentro. Es en él donde
marcamos el rumbo y los avatares de la vida, lo que vivimos cada día –le
contestó Telémaco.
Una barca con turista se acercó al fondeo y uno de ellos
dijo “Viva España”, al ver la bandera de popa. El barquero nos dijo “yiá sas” (hola). Rik le respondió:
–“yiá sas, kalimera” (hola,
buenos días).
–“Kalá;” (¿Bien?)
–preguntó el barquero.
–“Poli kalá, efharistó” (muy
bien, gracias) –respondió Rik).
A Rik y Telémaco les pareció que habían pasado pocos días
desde la última visita a estas calas el año pasado. En realidad, desde la
última vez que estuvieron, les han pasado muchas cosas.
Han cambiado las vidas.
Salir de Barcelona les resultó lento.
Tuvieron una visita de
la Guardia Civil, sin mayores problemas que la dedicación de tiempo y les
retrasó en exceso la salida.
En Baleares se avecinaba mal tiempo.
No sabían qué hacer ni
qué rumbo trazar.
Salieron con rumbo 150º con la intención de arrumbar Menorca.
Para navegar hacia Grecia desde Barcelona hay varias
opciones.
El rumbo directo hacia Sicilia poniendo primero rumbo a Menorca era
una alternativa.
La previsión meteorológica para los próximos días era mala,
viento fuerte de morro y muchas horas incómodas.
Otra opción era poner rumbo a Marsella navegando cerca de la
costa del sur de Francia, para procurar luego Córcega y Cerdeña, y navegar al
resguardo de esas islas.
De esta forma se puede navegar a menos de 60 millas de
la costa.
Tampoco hay que descartar la ruta por la costa de Italia
visitando las Eólicas y pasando el estrecho de Mesina.
Por otro lado, siempre está presente toda la engorrosa
normativa española para poder navegar:
la titulación del patrón, las zonas de
navegación, el despacho de la embarcación, la licencia de navegabilidad, etc.
“Tienes que cambiar de bandera si quieres navegar y no eres millonario”, dijo
más de un amigo.
“Has de cambiar la bandera y portar una belga, mientras en
nuestro país haya tantas trabas”, dijo otro.
Naturalmente el cambio de bandera enarbolando la belga, por
ejemplo, permitiría navegar libremente bajo la absoluta y plena responsabilidad
del patrón ahorrando un dineral en revisiones innecesarias y materiales
obligatorios por normativa.
A Rik le da pena esta opción, pero es posiblemente
la única que las circunstancias actuales permiten para navegar y hacer más
accesible el deporte náutico sin incurrir en los tremendos costes que significa
navegar en nuestro país.
Rik y Telémaco son sensibles a la autoridad que tiene el
mar.
Saben que al mar hay que tenerle prudencia y respeto.
Saben que deben ser
sus cómplices sumisos.
Por eso se han preocupado por la seguridad a bordo.
Telémaco se ha aparejado con equipos modernos, estén o no homologados en su
país, y se preocupa de revisar periódicamente los materiales, las jarcias, las velas,
las medidas de seguridad, botiquín, etc. para navegar con seguridad y poder
prestar ayuda a quien lo necesite.
Si navegas en solitario, ¿por qué necesitas
llevar dos aros salvavidas?
Llegar a Paleokastritsa resultó placentero. Un viento de
través de fuerza 4 y mar rizada permitió navegar a más de 6 nudos, y arriar
velas a menos de una milla de la entrada a la cala.
Paleokastritsa está en la bahía de Alípa (39º 40,24’N; 19º
42,75’E)
Graznaron las gaviotas en su ir y venir. Las cigarras no
cantan, todavía no hace calor suficiente. Fue fresca la noche, frente al
enjambre de pinos y cipreses que contornean la cala.
7 comentarios:
Que envidia mas sana me das Rik,como mu gustaria poderte acompañar
Veo que te has hecho otra vez a la mar.Un abrazo Enrique.
Veo que has vuelto a hecharte a la mar. Un abrazo desde tierra.
Gracias, amigos.
ánimo y un fuerte abrazo desde Tossa! Raquel y Eduardo
Hola Enrique,
Me voy pa Grecia. Si, ya se que no es la mejor época, pero es cuando puedo.
Me has convencido.
Un saludo y si cuando llegue estas por alli, espero que podamos vernos.
Un abrazo
Alfonso, es una buena época. Precioso navegar en octubre y noviembre, con pocos turistas y apenas flotillas. Lo disfrutarás.
Y, si en julio todavía estás por ahí, te acercas al golfo Sarónico y nos veremos.
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