El impulso de querer sentir la aventura de vivir
navegando por la vida.

Viajar, la expresión del tiempo que pasa.

sábado, 2 de julio de 2016

67.- Dejo el Egeo y rumbo a Monemvasia.

Dejar el barco en el puerto de Kythnos
y deambular con coche por el interior sorprende.
Primero la gran cantidad de iglesias, ermitas, capillas, tan cerca unas de otras por todas partes, en las poblaciones y la montaña. Y, sobretodo visitar su Chora y Driopida, sitios auténticos donde todo el mundo te saluda e incluso se paran a hablarte porque eres de los muy pocos turistas que hasta allí han ido en esta época.


Con una previsión de viento del sur de fuerza 7 y 8 decido poner proa al Sarónico. 
“Los barcos quieren agua, no tierra”.
Dejo atrás el puerto. Separan 52 nM hasta Poros.
Con la trinqueta y tranquilamente, con viento por la aleta, Telémaco cabecea, buscando calmas, a 7 nudos. En esta época del año los vientos han estado muy cambiantes a norte y sur con frecuencia y por encima de fuerza 6 y rachas de 7 y 8.


En Poros atraco a las 23 horas y más tardes en Apagio Taberna soy bienvenido por Spiros y Iacono y se desviven por hacer posible la cena.
Aquí todo es posible, los horarios no marcan la vida, las personas lo hacen, las personas es lo importante.
Gracias, Iacono.

Aprovecho la estancia en Poros para reparar en Galatás, 
con mis amigos de Kalypso
la bimini y algo del dinghy que los fuertes vientos habían deteriorado.

De Poros pongo rumbo hacia el sur.
La isla de Hydra, Dokós, y hacia el Peloponeso: Kyparissi y Monemvasia.
Ningún barco, mar llana, calima, calor. Hace 28ºC y 76% de humedad.

En la Embajada en Atenas pedí que me envaran a Monemvasia
mis papeletas para poder votar por correo,
a la taberna de mis amigos Matthaios.
Así que antes del plazo previsto pude ejercer mi derecho y obligación.


Matthaios tiene la mayor colección de cervezas de Grecia.Y habla español.
Unos turistas preguntan a Matthaios si los pulpos son frescos o congelados.
“Congelados” les dice. “Pero se mueve, no está rígido” y
Matthaios le responde “se mueve por las pilas”.

Otros dicen “hay muchos pulpos colgados, ¿son de la misma familia?”
y le responden que sí, que son el padre, la madre, los hijos.
“¡Has matado a toda la familia!”
Y así van pasando las vivencias.




Nikos viene a cobrar y se sienta a hablar, me cuenta de su familia, de su vida en el verano y del invierno con los olivos y las aceitunas. Estudió ingeniería en Atenas pero vive mejor aquí haciendo esto y disfrutando de sus tres hijos; se le ve feliz.
Y de nuevo regreso hacia Spesses, Ermioni, Dokós y Poros.



Las flotillas. Las flotillas.
Si se tiene la mala suerte de sufrir una de las muchas flotillas,
se estropea no sólo la estancia en el fondeo sino
el baño, los ruidos, las cadenas.
Desde luego imposible el baño al despuntar el día 
a que todos los barcos –en mi caso 14­­–
hacen uso de sus baños, fregaderos, etc.
Mejor evitarlas esta plaga.
Recomiendo, si se puede, levantar el ancla y marchar.