Marchar de Meganisi rumbo Lefkada fue todo un placer al salir
a saludarnos una foca monge:
Una vez desembarcada Pat y embarcado Rafael, largué para
enfilar de nuevo el canal hacia el sur.
Recalé en Vlyhó donde La
Maga provino a Telémaco de un nuevo ancla de respeto, ya que la anterior
era pesada y me daba poca confianza. Aproveché también para instalar un mando
para el molinete en la bitácora ya que maniobraba con uno inalámbrico y no quería
estar supeditado sólo a él y sus fallos de contacto. Y, a su vez, interesarme
por su varadero, del que La Maga me dio detalles.
Luego, rumbo a Ítaka. El segundo intento.
Navegación
placentera, con un viento de levante fuerza 2 y mar rizada, que luego fue
rolando y creciendo a NW4 lo mismo que la otra vez que intenté entrar.
Pero
ahora Ítaka ya me conocía y esperaba.
Ítaka tiene algo que “engancha”, ese
aroma misterioso de lo mítico y desconocido.
Esa profundidad de sus aguas. Las
epopeyas leídas. Sus alturas.
“No hay sitio para caballos en Ítaka”.
Navegando rumbo a Ítaka por radio me contactó Ralip,
quedamos y pusimos rumbo a Frikes. Cuando llegué, allí me estaba esperando.
Como la meteo daba una previsión de vientos fuertes,
decidimos vivir unos días esa comunidad. En Frikes los pescadores trajeron un
tiburón que había quedado atrapado en sus redes. Todo un espectáculo. Aseguro
que se te quitan las ganas de bañarte en aguas profundas.
Desde entonce, Telémaco ha navegado con Ralip.
Una
experiencia extraordinaria, llena de vida e ilusiones con su patrón.
Una
simbiosis de complicidades e intereses difíciles de olvidar.
De allí, rumbo a la cala de Kritami,
donde estuve fondeado
la vez anterior, a la entrada de la bahía de Vathi.
Pero esta vez amarramos a
tierra con líneas por popa.
Levante fuerza 2. Y noche tranquila, mar en calma.
Y estrellas.
Multitud de estrellas que se han dejado ver para acompañarnos en
la noche.
Las cenas, las charlas, las reparaciones y actividades
conjuntas con Ralip han llenado los momentos placenteros que hemos compartido
en los fondeos. Lo mismo que en las navegaciones.
Al día siguiente, rumbo a Vathi.
Fondeamos delante de la
ciudad. Dos barcos españoles más para saludar, uno conocido de Telémaco, otro
de Ralip. Y el viento, que arrecia. NW fuerza 6 toda la tarde y buena parte de
la noche.
Nuestras anclas y cadenas aguantan impasibles. Valientes. Arrogantes.
A la mañana siguiente, rumbo a Messolongi (MESOLOGGI).
Quiero conocer una ciudad con turismo casi exclusivo de gente griega.
Y una
ciudad del continente.
Y una marina posible para dejar el barco en un futuro.
Y
una serie de palafitos en su canal de entrada desde el golfo de Patras.
Vivencias y experiencias por descubrir.
Así que Telémaco y
Ralip levantan sus hierros y despliegan sus velas rumbo al continente.
Y una vez vivido Messolongi y conocido lo que deseaba
conocer, pusimos de nuevo rumbo a Ítaka para fondear en el sur, en Órmos Ay
Andreou.
Pero encontramos la cala bastante concurrida con poco
espacio para nuestros dos barcos, y donde lo encontramos estaríamos rodeados de
un grupo de una docena de niños jugando y gritando, cosa que quisimos evitar.
Así que decidimos abandonar y marchar a fondear a Kefalonia,
a Órmos Andisamos.
Y de allí, al día siguiente, a la playa delante de Poros.
Recibimos mar tendido y montado de levante y al día
siguiente decidimos entrar en puerto y aprovechar para hacer intendencia. Pero
nada que ver con la tranquilidad y sensación de libertad del día anterior, no.
Agua, eso sí. Mucho agua gratis para repostar, baldear, ducharnos, y darnos
lustre.
En Πόρος Dimitri me invitó a un café.
En varias ciudades he conversado con griegos.
Y con griegos
que hablan, o con los que puedo entenderme, en castellano.
Hombres del mar que
han estado embarcados o han tenido relación con la industria náutica.
Muchos
son los pescadores que han trabajado en cargueros o cruceros compartiendo con otros
marinos hispanos y han aprendido a comunicarse en castellano.
Otras personas,
simplemente porque tienen la oportunidad de ver la televisión en versiones
originales, subtituladas, y aprenden cosas.
En Abelike la persona de la taberna
me preguntó “¿Qué quiere decir hasta luego?”.
;-)
Al día siguiente pusimos rumbo al sur de Kefalonia, a uno
fondeo solitario, protegido de vientos dominantes, cerca del pie de Pessadas.
Al horizonte pudimos ver vestigios de un incendio en Zakintos, que al menos
duró un par de días.
1 comentario:
Me alegro que lo estés pasando tan bien.
Volverás por Navidad???Como el turrón!!!
Un beso
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