Cuando la primavera llega a Andalucía,
las tierras se visten de fuego,
los soles de arena,
de día salen luceros
y también de noche;
y lunas,
muchas lunas tibias de platas cálidas.
En la alameda nocturna
de estrellas centelleantes,
entre las rosas y violetas de tu jardín,
pétalos abiertos, desnudos,
sangrantes,
de rosas que llorando ríen,
y marchitan, agonizan,
contemplándote.
¡Y las estrellas te están mirando!.
Sobre las olas; el silencio, la noche,
recuerdo…
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