El impulso de querer sentir la aventura de vivir
navegando por la vida.

Viajar, la expresión del tiempo que pasa.

lunes, 8 de julio de 2013

55.- Palaokastritsa.


Palaokastritsa es un lugar que hay visitar.
Seis pequeñas bahías arenosas rodeada de rocas rojizas.
Es una de las calas más bonitas del Jónico con sus aguas azul turquesa.
En el cabo de Paleokastritsa se encuentra el monasterio de Panagía Theotókos,


 del siglo XIII, que fue reconstruido en el siglo XVIII y conserva en su interior iconos del siglo XVII. Durante la época estival recibe unos cinco mil visitantes diarios,
según comentó el Pope Makarios a Rik.


El Sacro Monasterio de la Virgen de Paleokastritsa, habitado por nueve religiosos. Uno de ellos, Archimandrita Makarios, –según dijo, amigo del Papa Francisco– de origen argentino
y que lleva en este monasterio trece años,
departió explicando y dando detalles sobre el mismo y su tradición,
la situación de la iglesia, el Vaticano, la prelatura personal del Opus Dei,
la situación griega, los jóvenes, la crisis, los precios y los restaurantes.

Como restaurantes, destacar un par de ellos. IDEA, italiano, con las mejores pizzas de la zona, regentado por una familia italiana desde hace tres años
y unas vistas espectaculares a un par de las calas.

Otro restaurante típico griego es LIMANI BAR, regentado por Kostas Sarakinos.
Tiene bonita vista al fondeo, delante del puerto principal de Paleokastritsa.

Ambos disponen, como casi todos, de conexión wifi
y se desviven por facilitar cualquier necesidad.
“Te recuerdo, eres español y estuviste aquí el año pasado”
–le comenta Kostas a Rik– y se funden en abrazos.
–Telémaco, vamos a irnos para el norte –dijo Rik.
–¿No es mejor el sur? –le responde Telémaco.
–Quiero visitar Kassiopi y recordar el año pasado, que se portaron muy bien conmigo, y volver a saludar a los conocidos –le respondió Rik.
Telémaco levantó el fondeo y navegó al norte,
pasando por Porto Timoni, situado a pocas millas al norte de Paleokastritsa,
una pequeña ensenada donde apenas caben dos barcos,
una vez rebasada la bahía de Georgios, gran bahía de arena fina,
frecuentada por turistas alemanes.

Kassiopi es un pequeño puerto (39º 47,5’N 019º 55,4’E). 

En su muelle de abrigo apenas cabe media docena de barcos.
Muchas cosas han cambiado en Kassiopi en estos meses.
Hay menos turistas, más desempleo, las playas vacías.
Angeliki ya no trabaja aquí, regresó a Venezuela con su familia ante la falta de trabajo.
Rik se desplazó en autobús a Acharavi, donde compró en año pasado la conexión con Internet;
pero la tienda había cerrado hacía un par de meses por la crisis.
La única tienda en toda la isla está ahora en Corfu

–Telémaco, voy a tierra a ver si conecto con un red wifi.
–¿Otra vez, Rik? –pregunta Telémaco.
–Sí. No hay otra forma. No podemos comunicar con los seres queridos ni actualizar el blog –responde Rik.
–¡Pues deja el blog! –protesta Telémaco.
–Jo, sería una cosa menos en que pensar; pero mira cuántas personas me han escrito reclamándome que escriba y cuente –responde Rik enseñándole la lista de mensajes recibidos por Internet.
El peregrinar en tierra,
buscando una de las muchas redes wifi que tienen sus tabernas,
se convirtió en una actividad rutinaria.

El día a día de Telémaco y Rik se llenó de actividad.
La mentalidad de desplazamiento y traslado para llegar a Grecia
se transformó poco a poco en otra de crucero, relax y placer para disfrutar de su gente y paisaje.

Las actividades en torno al mantenimiento de Telémaco, el mercado, las compras, la restauración, abrieron la relación social de Rik con el pueblo y su entorno.
–Gracias, Rik. Me gusta que estés por mí y me cuides. Estoy orgulloso de ti y de cómo me miran y aprecian los otros barcos –dice Telémaco.
–Te amo, me sale de dentro. Tú me das muchas cosas sin saberlo. Yo te entrego lo que soy y tengo –le responde Rik.
–Me gusta verte alegre. No pienses tanto en Barcelona; aquello quedó en otro sitio, Rik.
–No, Telémaco. Sabes que dejé querencias allí y no puedo dejar de pensar en ello. Sé que la vida pone las cosas en su sitio.
–Rik, lo que tenga que ser será –sentencia Telémaco, y Rik le sonríe en silencio.
Cuando llegó la noche Rik observó las montañas de Albania
y sus caseríos con sus lucecitas tintineantes,
a penas a una milla y media de la isla de Corfú.
Rik pensó en los jóvenes que emigran, aquí y allí, buscando vida.

De día las cigarras empezaron a tener calor y se pusieron a cantar.
El agua del mar todavía está fría.

2 comentarios:

Pilar Mazzucchelli dijo...

Telémaco;Tu que tienes el alma azul y tu sangre está impregnada del efecto divino de la sal.... No puedes privarnos a nosotros,los mortales anclados en tierra, de disfrutar tus sentimientos y emociones, de atravesar mares y poder perdernos entre el viento y el mar que tanto anhelamos.
Te seguimos a ti y a Rik con un deseo casi platónico...

Pilar Mazzucchelli dijo...

Telémaco;Tu que tienes el alma azul y tu sangre está impregnada del efecto divino de la sal.... No puedes privarnos a nosotros,los mortales anclados en tierra, de disfrutar tus sentimientos y emociones, de atravesar mares y poder perdernos entre el viento y el mar que tanto anhelamos.
Te seguimos a ti y a Rik con un deseo casi platónico...