A las 07.15 horas parto de Italia rumbo a Grecia.
El Jónico
me espera.
No llegan apenas a unas 70 millas que están en la proa.
Toda la travesía, con viento de fuerza 3 ó 4 de NE,
con
marejadilla, navegando a un descuartelar unas veces, de través otras.
Telémaco
navega alegre, a una velocidad entre 5,5 y 6,8 nudos.
Voy con toda la mayor y el génova.
A veces gobierno sin el
piloto automático procurando las zonas donde más viento observo en superficie.
A las 12.15 horas, cuando llevo navegadas 35 nM, izo el
pabellón griego.
Es grande, está brillante, limpio. Lo estreno, es nuevo.
Telémaco tiene prisa por llegar. Se ha encabritado y brinca sobre las olas.
Va
escorado a estribor unos 10-12º.
Ruge el mar que Telémaco aparta en su avance saltarín
dejándolo por sus amuras.
Quizás no ruge, sólo le saluda y da la bienvenida.
Ruge el que levanta la pala del timón también, dejando una estela de espuma en
su popa, limpia, recta, que le animan a seguir.
Nunca corrió tanto ni en tanto
tiempo, pienso.
Ya diviso Grecia.
Y Albania.
Impresionante sus montañas. Lo
imaginé más plano.
¡Qué cerca está Albania!
Me siento feliz de haber llegado aquí y de ver que el Jónico
está próximo.
Llegaré de día. Todavía brilla el sol. Siento que ya llegué a
destino.
Pienso en lo rápido que se llega hoy en día en avión a los sitios, que
nos cuesta asimilar los destinos, sus culturas, las ilusiones forjadas.
Han
sido casi tres semanas navegando, me ha costado, lo valoro más.
Bueno, no sé si
más, o con más sabor. Estoy lejos.
La ilusión me borra el cansancio.
Me doy cuenta que no me ha apetecido pescar ningún día.
Tengo comida suficiente a bordo.
Me gusta pilotar. Llevo el barco a ganar velocidad, cuando
noto que cae el viento, orzando y ciñendo para luego volver a rumbo cuando
encuentro viento más favorable.
¡En todo el trayecto no he realizado ni un solo
bordo!
Paso la isla de Othoni por su sur, y procuro Erikoussa,
donde fondeo hasta el día siguiente.
Baño en agua griega, cena, relax. Gracias.
Fondeo en Erikoussa |
Aprovisionando a la isla, a la mañana siguiente |
Al día siguiente intenté fondear en “Ormos (=Bahía)
Imerola”, pero el viento y mar no me eran favorables y decido entrar en el
pequeño puertecito de Kassiopí.
Lo hago en su escollera de estribor, donde
apenas caben 6 barcos.
Telémaco es el 7. Y no da para más.
Pongo defensas. Preparo las amarras de fondeo.
Estudio la
operación con el ancla, la libero.
El viento sopla con fuerza 4.
Decido largar
el ancla a unos cuatro esloras (Ahora pienso que quizás fue excesivo).
Entro.
Dos personas charlando en la escollera y observándome.
Les saludo a mi estribor
(“Kalispera”).
Largo la cadena y doy atrás.
Los observantes me ayudan con
las amarras. Las hago firmes.
Cobro cadena. Acabo de situar el barco.
Todo
bien.
Me cuesta creerme que lo haya hecho a la primera y sin experiencia.
Agradezco
la ayuda prestada.
Me relajo. No hago nada. Observo.
Al poco sale una “golondrina” con turistas que estaba
atracada a mi lado.
¡El ancla!, estaba cruzada. Poco, pero lo suficiente.
Admirable la maniobra: largan inmediatamente otro ancla por su popa.
Un joven
se lanza al agua desde su proa y se sumerge para liberar el ancla.
Me pide que
destense la mía, y lo hago. Liberan la suya al poco.
Me piden que tense la mía
ahora.
Me disculpo como buenamente puedo.
Todos entiende lo ocurrido, que “es
habitual”.
Me habré de acostumbrar y pensar en un aparejo para cuando me pase a
mí.
Telémaco: el primero por la derecha |
El precioso pueblecito de Kassiopí |
De todas formas llevo un ancla tipo “Rocna”
y es más difícil
que enganche otras cadenas
ya que no tiene sitios posible, salvo la punta, para
enganchar.
Y al subir puede liberar lo que hubiese enganchado.
Es lo que pienso
ahora. Ya veré con la experiencia.
Otra cosa será cuando otro barco cruce su
cadena por encima de la mía. ¡Oh!
El primer cartel pude leerlo. Pero siendo plaza turística casitodo está o en inglés o traducido a éste |
Por la tarde conecto con gente del lugar.
Es encantadora.
Voy solo y todos son mis propias vivencias y experiencias.
Abriéndote la gente
se entrega.
En una taberna del puerto me buscan un profesor que me enseñe a
leer griego.
En la librería me piden que vaya al día siguiente, me dan una
clase y me piden que vuelva.
Me recomiendan un sitio para cenar, para comprar,
para ir a la peluquería en otro pueblecito: “Ajarabi”.
Canal de Korfú. Enfrente, Albania |
3 comentarios:
DEJAR VOLAR LA IMAGINACIÓN TRAS UN SUEÑO, ES BONITO, PERO... TENER LA FUERZA PARA SABER LLEVAR A TU CUERPO TRAS ESE SUEÑO, ESO ES SABER VIVIR, ES TENER FUERZA Y UNA MENTE MUY CLARA PARA PLANEARLO. ESO SÓLO LO CONSIGUEN AQUÉLLOS ELEGIDOS QUE APRENDEN QUE LA VIDA ES ALGO MÁS. SIGUE TU SUEÑO ULISES...PERO VUELVE CUANDO LO CREAS OPORTUNO.
Gracias. Eres muy amable
Precioso comentario el de María José..!!
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