Dime tú,
¿Dónde estás, marinero?.
Mi niña se ha ido al monte,
a buscar chinas del río.
Y perdió la brisa del mar,
y el reír de su gente,
y los amigos.
Mi niña añora el mar
y sus chinas y conchas,
para hacerse un collar
que le dé la alegría
de saber que ha vivido
y cada concha le recuerde
el cariño de los amigos
del camino.
Ya no ve en el horizonte
cómo despunta el alba,
de su alma en vilo.
Oh,
¡ya estás tiritando de frío!.
E.H.
.
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