Maistrali es un nombre de viento de NW, el Mistral.
Pero
también es el nombre de un café, el café del puerto, en Poros.
Poros me ha retenido.
Tenía ganas de puerto y gente y
renuncié a las calas.
Gocé algunas de Ítaka y otras de Kefalonia
pero recalé de
nuevo en Poros esperando amigos.
Poros acoge. El sitio y su gente.
Tiene mangueras de agua en
el muelle, abundante y gratis.
El puerto ya no es gratis, no. Hay que pagar,
cosa que me parece normal.
Fue gratis hasta el año pasado pero este hay que
pagar.
Aunque viniendo de España pagar 7,00€ por día por mis 42” me parece casi
nada.
Con el importe de un día en España aquí tengo para nueve.
He aprovechado para limpiar la teka.
Agua de mar y vinagre,
“que huela” me dijeron.
Y antes, quité un par de manchas con Cebralín. Mano de
santo.
Ha quedado como nueva, marrón-clarito y limpia, como la teka.
El café Maistrali merece una mención especial,
como la
taberna de Dionysos (Dionysos taverna),
no la del puerto sino la que goza de la
orilla del mar, en el pueblo, bajo un enorme castaño,
allí donde la mayoría de
clientes que encuentras son griegos y desde donde ya no ves el puerto, allí donde
puedes poner tu mesa para cenar sobre los guijarros de la orilla.
Dionysos me ofrecía un extraordinario Stifado –ya tenía
ganas, ya–
pero no sabía qué decidir porque el Kleftiko no era menos
y para qué
hablar del cordero al limón (/arní limonato/).
Y, naturamente, el pescado.
Maistrali concentra a todos los navegantes por su WiFi
y
porque está delante de los barcos.
Y desde luego por su música.
Sus diueños, Makis y Eléni,
se preocupan por el ambiente tan acogedor y su buena música.
–Prueba este tomate, es de mi huerta. Lo he preparado con aceite de oliva y orégano del mío –me dice Makis–.
–Exquisito –le digo. “Y de verdad, no hago ningún cumplido” –pienso.
O esta misma mañana me dice:
–Te he traído esta pera de mi árbol para que la pruebes.
La camarera Élena me diseña un cartelito para que lo coloque
en el barco,
a ver si lo vendo (la decisión de vender el barco ya la contaré
más adelante).
Ella prefiere que su nombre sea esdrújula.
Y la otra camarera, María, me enseña
cómo se dice "hasta
mañana" y la diferencia entre “mi cerveza y tu cerveza”.
Lecciones diarias de
vocabulario o gramática
¿verdad que mola?
Y todo con simpatía y risas.
Makis me saluda diciendo:
–Buenos días gerrero –y yo le cuento que lleva una u para que digamos guerrero–.
¿No voy a sentirme acogido?
–No te vayas todavía.
–Vuelve pronto –me dicen otros–.
Les gusta que esté aquí y disfrute
y, mientras, nos hacemos
amigos en FB,
esa herramienta que siempre está ahí, mientras esté.
Y así van pasando los días. ¿Hasta cuándo? ¿Hasta cuándo?
¿Por qué, por
qué, por qué?
¡Qué bien me ha quedado la teka!
El sol ya se esconde
Buenas noches.
Καληνύχτα
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