El Atlántico espera. No, yo espero al Atlántico.
Una vez más, y ya serán ocho, pasaré el Estrecho.
He levantado el fondeo para arrumbar a la “Fabriquilla” y fondear allí gozando de otro paraje del parque de Gata, al resguardo del anunciado levante que todavía no se había manifestado.
Al poco, ya empezaba a entrar el levante. Moderado. Fuerza 2. Así, que izamos el ancla, libres, con agua por todas partes y sin compromisos mencionables, desenrollamos el génova. Salimos silenciosos, majestuosos, en silencio. Antes de poner rumbo al Cabo, también sacamos la mayor. Y así, desplazándonos a 2 nudos, luego a 3, Telémaco empezó a cabecear de alegría rumbo al Cabo de Gata. Eran las 10 de la mañana, de un día despejado y alegre. En el mar, marejadilla.
A las 11.30 horas ya navegábamos a 5 nudos. Sin prisas, gozando del día. Pero por la radio el Mayra nos anuncia que han tenido una llamada telefónica y han tomado la decisión de poner rumbo directo a Roquetas, para coger un vuelo hacia Barcelona. Así, que también decidimos prescindir del fondeo en “La Fabriquilla” y acompañarlos a Roquetas. Y, como no deseaban perder tiempo, este trozo que quedaba se navegó a motor.
A las 16.00 horas atracábamos en Roquetas. Toda una semana por delante, en puerto, preparando los últimos detalles para navegar con los amigos en conserva hacia el Algarve y el Guadiana, “La Flotilla”. Santa Ana, eran las fiestas de Santa Ana en Roquetas. Así, que nos preparamos para participar y compartirla.
Todavía hay cucañas. Y numerosas personas para participar. Fue el “gran número” dentro del puerto: |
Claro, que ninguna de estas embarcaciones cumplía con la normativa vigente, ¡tan pesada para la náutica deportiva! |
Fuimos a Roquetas para participar con un grupo de barcos amigos en una Flotilla y navegar hasta el Guadiana y el Algarve. Fueron llegando los barcos de la Flotilla. De Barcelona, de Alicante, de Valencia, de muchos sitios. Ha sido emocionante poder atender a los amigos y compartir inquietudes. Y sus tripulaciones. Coches, trenes, aviones, barcos, nos trajeron las alegrías de los próximos días.
Esperaba a Pat y Anna en la estación de autobuses de Almería. Me sorprendió la gran cantidad de autobuses que conectaban con Rumania. Unos, alegres, marchaban, y otros, tristes, volvían. Pat y Anna llegaron con la alegría que completan a Telémaco. Mi cuaderno de bitácora se volvía a abrir para recibir una nueva vida.
La Flotilla salió de Roquetas el 31 de julio, rumbo a Gibraltar, a las 08.15 horas.
El viento seguía siendo suave, de fuerza 2 para establecerse a media mañana en un F3. Navegamos a motor con el objetivo de llegar a la mañana siguiente a Gibraltar. 6 nudos. Mar rizada. Viento del sur. Día plenamente soleado. Verano. Es pleno verano andaluz.
Y cae la noche. Y nos adentramos en bancos de niebla próximos a Gibraltar.
Al día siguiente empezamos a notar ya de mañana la influencia de una corriente en contra de 2 nudos, de 3 nudos más tarde. La mar estaba rizada, y viento de F1. Seguimos a motor.
Llegando a Punta Europa entramos en bancos de niebla que hacía difícil la navegación “a la vista”, por lo que el radar y AIS fueron de una ayuda extraordinaria.
Y Gibraltar. Ahí está Gibraltar. Y el Estrecho.
La puerta del Atlántico se nos abre de par en par, como la vida, para entregarnos su alegría y su mar.
A la izquierda, Ceuta. A la derecha, la Bahía de Algeciras. Al fondo, Tarifa y Trafalgar. Cádiz nos espera. |
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