Después de Paxoí (Gaios y Mongonisi), Andipaxoi.
Y de ahí, a
Lefkada, calculando el tiempo para la apertura del puente.
– ¡Hombre, un compatriota!
Estaba fondeado en Mongonisi, una
vez abandonado Gaios, al sur de Paxoí. Fondeado, pero evitando el borneo
amarrado a tierra.
Y en el relax de la tarde veo entrar un Bavaria con bandera
española, el “Presto”. ¡Un compatriota!
–
Te he visto por tu blog– me dice el patrón evolucionando
en mi proa y me saludan con la mano.
Veo que atraca en el embarcadero. Luego se
acerca con su “dingui” y tenemos tiempo para hablar y tomar esas cervecitas en
la taberna de tierra.
En
la taberna de tierra degustamos del placer del ocaso. Y van llegando turistas
de los “charters” para una cena de grupo. Y la taberna os obsequia con bailes
típicos griegos, incluido, claro, el sirtaki.
En
la taberna bailaron todo tipo de bailes griegos y, al final, “música disco”
para turistas,
¡y no faltó “Macarena”!:
Dice el patrón del “Presto” que me localizó por Internet,
buscando información sobre navegar en Grecia.
No lo sabía, pero tampoco creo
que Telémaco sea referente sobre eso como para ofrecerse en primera línea del
buscador.
¡Cosas de Internet, que no todo lo que dice o sale es real!
Al día siguiente pongo rumbo a Andipaxoi, y fondeo pasado
Órmos Agrapidhia, en una cala pequeña, a unos 200 metros al norte de la cala
del faro, donde apenas entran dos barcos pequeños.
También aquí seguro el
fondeo amarrándome a una roca de la orilla.
Es una delicia estar solo aquí, sin
bullicio de turistas, charters y megabytes.
Del fondeo de Andipaxoi, rumbo a Lefkas.
Calculé rumbo y
velocidad para llegar a la apertura del puente de las 14 horas.
Salí con ESE de
1 nudo, mar llana, o sea que no me resultó difícil calcularlo.
A media mañana
roló a SW3 y a SW4 justo cuando enfilé las boyas del canal de Levkas a pocos
metros de la orilla.
Por desconocimiento del puerto y de la ciudad de
Lefkada, decidí entrar en la
Marina para disponer de electricidad y poder cargar baterías ya que había
tenido caídas importantes que me inquietaban. Error.
La Marina no me gustó
nada, nada, nada. Ni la infraestructura ni el trato.
Como suele ocurrir con
frecuencia, me dirigen a un amarre súper-lejos de todo, las duchas a casi mil
metros de distancia (con una temperatura en el ambiente de 32ºC) –con lo que
usé las del barco, claro– las basuras a 400 metros del amarre… y pagué cerca de
60,00€ por todo ese “nada”. Y “charters”, abarrotada de ellos, y un traj´çin de
clientes que van y vienen… Regresaré a Lefkada, sí, pero no a la Marina, no.
Navegué el canal, de aproximadamente una milla, con barcos que me adelantaban a más de 6 nudos cuando las indicaciones dicen que se navegue a 4.
Cinco barcos me adelantaron en escasamente media milla de recorrido.
En Lefkada disfruté de sus casitas e intrincadas callecitas,
estrechas, con flores, con sillas para la tertulia vespertina, niños en la
calle, y solitarias. Sin embargo, otra principal llena de turistas, la mayoría
italianos. Me llamó la atención sus casas bajitas, y de construcciones livianas
después del devastador terremoto que sufrieron en los años sesenta.
De nuevo enfilé el canal para poner rumbo sur. Rumbo a
Nidrí. Llegué a Nidrí, pero mi sorpresa fue mayçuscula al ver la gran densidad
de barcos en la zona. ¿Doscientos, trescientos? ¡Yo qué sé. Fondeados,
atracados, en varaderos. No, en Nidrí no me gustó estar todo abarrotado de
barcos y driblando los fondeados y los que navegaban para llegar al fondeo.
Seguí navegando para procurar el fondeo de Órmos Vlikho,
donde también había muchos barcos pero menos. Y en la orilla de levante había
menor densidad que en la orilla cercana
al pueblo, con tres o cuatro tabernas.
Y de allí, navegando Skorpio, rumbo a Órmos Rouda y Sívota.
Y de Sívota a Vassilikí. En Vassilikí no fue un fondeo
cómodo hasta bien entrada la noche ya que soplaba fuerza 5 y el mar entraba
directo a la bahía. Pero a medida que entraba la noche el viento roló a W y el
mar calmando.
Enfrente tengo Ítaca. Me espera. No tengo prisa, pero sé que ya estoy en su puerta. Mañana levantaré el fondeo y pondré rumbo Frikes. La meteo da una previsión para el fin de semana de vientos NW y N de fuerza 5 y 6 y me gustará estar a resguardo. Veré si puedo estar entonces en Ítaca:
Recuerdo. ¡Recuerdo tantas y tantas cosas! He vivido.
Recuerdo el Canto XVI de la
Odisea: Telémaco reconoce a Odiseo.
Estoy a punto de comprender los secretos que leí aquella
tarde noche en los documentos que mi padre, al morir, había dejado.
Aquella tarde en Cádiz, en la soledad del piso que había
dejado mi padre, repasando documento a documento, libros, fichas, legajos,
cartas, anotaciones, libretas, descubrí lo que había estado oculto tanto y
tanto tiempo.
En aquellos días, que habían coincidido con las gestiones
para la compra de mi barco, pasé tiempo en su casa. Abrí aquellos armarios y
cajones y empecé a leer.