El impulso de querer sentir la aventura de vivir
navegando por la vida.

Viajar, la expresión del tiempo que pasa.

martes, 27 de abril de 2010

12.- Ibiza – Cabrera.



Son las 0630 UTC, y levanto el fondeo. No hay viento. Fuerza 0. Mar llana. Y niebla hasta una milla. Activo el radar y lo conecto también desde la bitácora. 1.800 rpm y, a seis nudos dejo la bocana de Santa Eulalia, evitando más allá la “llosa”. Tengo 65 millas por la proa.

Una vez pasada la “llosa” empieza a levantar la niebla y entra algo de viento. Una fuerza 2, rachas de 3, por mi amura de estribor, que me permite navegar de través y mantener el rumbo 080º. El viento, de W, se establece en fuerza 4.





A media mañana he tenido un regalo de delfines. Enormes. Hace mucho que no los había visto tan grandes. Y ahí estuvieron un ratito, navegando en mi proa rumbo a Cabrera.

Me organizo para el almuerzo, y decido cocinar una sepia con verduras, así:

Frío una rebanada de pan con un poquito de aceite, y unos 4 dientes de ajo. Lo reservo. 
Frío almendras, que las trituro con lo anterior. 
Para freír me gusta utilizar una olla grande, porque me evito sorpresas desagradables. 
Sigo: en este mismo aceite frío la sepia cortada a trocitos. Y cuando está doradita le añado las verduras. Intento que estas verduras sean variadas (por ejemplo, zanahorias, alcachofas, habas, guisantes, o lo que buenamente tengo). 
Una vez rehogado le incorporo lo reservado anteriormente más una hoja de laurel, meida cucharadita de pimienta, una pastillita de “caldo de pescado”, y una tacita de café de vino blanco. 
Luego lo cubro con agua, y lo mantengo reduciendo a fuego lento, haciendo “chup-chup”.

Pienso en las miserias del mundo. Recuerdo este comentario de Cortazar:



A las 1745 UTC fondeo en Cabrera. Entro con viento de F2, y mar rizada. El día sigue despejado. Entro a motor para procurar la boya de fondeo. Sólo hay dos barcos más. Aunque uno de ellos largó más tarde, quedándonos sólo dos. Tampoco esto es imaginable en verano que está todo abarrotado. La última vez que estuve aquí fue en junio pasado, y lo pasamos estupendamente bien. Conservo un bonito recuerdo.




Las gaviotas llegan pronto a visitarme, aburridas, están en la popa de Telémaco chapoteando en el agua. Y una de ellas se posó en la bimini. ¡Me molestan las gaviotas!. Son traicioneras y agresivas.

El fondeo es relajante. Cae la noche poco a poco. El ocaso es una delicia del cielo. Pongo música. Me relaja. Jean Pierre Rampal, con su flauta traversa me despide del día. Y se hae el silencio. Y la paz está aquí. No tengo ganas de bajar a tierra.

Pienso en la importancia de saber vivir. Del valor del tiempo en nuestra vida.


Dejo que Joao Gilberto y Caetano Veloso me acompañen. Bosa-nova.

Buenas noches.


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