El impulso de querer sentir la aventura de vivir
navegando por la vida.

Viajar, la expresión del tiempo que pasa.

sábado, 25 de agosto de 2012

44.- El tiburón de Ítaka


Marchar de Meganisi rumbo Lefkada fue todo un placer al salir a saludarnos una foca monge:


Una vez desembarcada Pat y embarcado Rafael, largué para enfilar de nuevo el canal hacia el sur.

Recalé en Vlyhó donde La Maga provino a Telémaco de un nuevo ancla de respeto, ya que la anterior era pesada y me daba poca confianza. Aproveché también para instalar un mando para el molinete en la bitácora ya que maniobraba con uno inalámbrico y no quería estar supeditado sólo a él y sus fallos de contacto. Y, a su vez, interesarme por su varadero, del que La Maga me dio detalles.


Luego, rumbo a Ítaka. El segundo intento.
Navegación placentera, con un viento de levante fuerza 2 y mar rizada, que luego fue rolando y creciendo a NW4 lo mismo que la otra vez que intenté entrar.
Pero ahora Ítaka ya me conocía y esperaba.

Ítaka tiene algo que “engancha”, ese aroma misterioso de lo mítico y desconocido.
Esa profundidad de sus aguas. Las epopeyas leídas. Sus alturas.
“No hay sitio para caballos en Ítaka”.

Navegando rumbo a Ítaka por radio me contactó Ralip,
quedamos y pusimos rumbo a Frikes. Cuando llegué, allí me estaba esperando.

Como la meteo daba una previsión de vientos fuertes, decidimos vivir unos días esa comunidad. En Frikes los pescadores trajeron un tiburón que había quedado atrapado en sus redes. Todo un espectáculo. Aseguro que se te quitan las ganas de bañarte en aguas profundas.


Desde entonce, Telémaco ha navegado con Ralip.
Una experiencia extraordinaria, llena de vida e ilusiones con su patrón.
Una simbiosis de complicidades e intereses difíciles de olvidar.

De allí, rumbo a la cala de Kritami,
donde estuve fondeado la vez anterior, a la entrada de la bahía de Vathi.
Pero esta vez amarramos a tierra con líneas por popa.
Levante fuerza 2. Y noche tranquila, mar en calma. Y estrellas.
Multitud de estrellas que se han dejado ver para acompañarnos en la noche.

Las cenas, las charlas, las reparaciones y actividades conjuntas con Ralip han llenado los momentos placenteros que hemos compartido en los fondeos. Lo mismo que en las navegaciones.

Al día siguiente, rumbo a Vathi.
Fondeamos delante de la ciudad. Dos barcos españoles más para saludar, uno conocido de Telémaco, otro de Ralip. Y el viento, que arrecia. NW fuerza 6 toda la tarde y buena parte de la noche.
Nuestras anclas y cadenas aguantan impasibles. Valientes. Arrogantes.


A la mañana siguiente, rumbo a Messolongi (MESOLOGGI).
Quiero conocer una ciudad con turismo casi exclusivo de gente griega.
Y una ciudad del continente.
Y una marina posible para dejar el barco en un futuro.
Y una serie de palafitos en su canal de entrada desde el golfo de Patras.


Vivencias y experiencias por descubrir.
Así que Telémaco y Ralip levantan sus hierros y despliegan sus velas rumbo al continente.

Y una vez vivido Messolongi y conocido lo que deseaba conocer, pusimos de nuevo rumbo a Ítaka para fondear en el sur, en Órmos Ay Andreou.

Pero encontramos la cala bastante concurrida con poco espacio para nuestros dos barcos, y donde lo encontramos estaríamos rodeados de un grupo de una docena de niños jugando y gritando, cosa que quisimos evitar.

Así que decidimos abandonar y marchar a fondear a Kefalonia, a Órmos Andisamos.
Y de allí, al día siguiente, a la playa delante de Poros.

Recibimos mar tendido y montado de levante y al día siguiente decidimos entrar en puerto y aprovechar para hacer intendencia. Pero nada que ver con la tranquilidad y sensación de libertad del día anterior, no. Agua, eso sí. Mucho agua gratis para repostar, baldear, ducharnos, y darnos lustre.


En Πόρος Dimitri me invitó a un café.
En varias ciudades he conversado con griegos. 
Y con griegos que hablan, o con los que puedo entenderme, en castellano.
Hombres del mar que han estado embarcados o han tenido relación con la industria náutica.
Muchos son los pescadores que han trabajado en cargueros o cruceros compartiendo con otros marinos hispanos y han aprendido a comunicarse en castellano.
Otras personas, simplemente porque tienen la oportunidad de ver la televisión en versiones originales, subtituladas, y aprenden cosas.
En Abelike la persona de la taberna me preguntó “¿Qué quiere decir hasta luego?”.
;-)

Al día siguiente pusimos rumbo al sur de Kefalonia, a uno fondeo solitario, protegido de vientos dominantes, cerca del pie de Pessadas.
Al horizonte pudimos ver vestigios de un incendio en Zakintos, que al menos duró un par de días.



1 comentario:

M.Carmen Hormigo dijo...

Me alegro que lo estés pasando tan bien.
Volverás por Navidad???Como el turrón!!!
Un beso